Como la primera vez

Mientras acaricio mi piel con unos jabones aromáticos de tocador, recuerdo los años en que te amé en secreto; el profesor con los ojos más bellos de toda la Universidad, siempre irónico, reflexivo y con esa sonrisa de lado que podía enamorar a la más indiferente de tus estudiantes.

Llegamos ayer a España y mañana debemos estar temprano en el Seminario de biología celular y molecular, al que fuimos invitados, profesor y alumna, para exponer los resultados de nuestra investigación.
Siempre hemos pedido el mismo cuarto para ahorrar en presupuesto, por lo que nadie nos interrumpe o tiene dudas sobre nuestra relación, la cual es estrictamente profesional.

El viaje fue precioso, en el hotel nos dieron una calurosa bienvenida, hicimos un tour por el lugar y en la cena me regalaron un ramo de rosas rojas, pensando que éramos una pareja de recién casados, tú te reías de mí y de mi cara que se sonrojaba pensando en que esto pudiera hacerse una realidad.

Mientras me hundo en la espuma enfriando mi vergüenza, abres la puerta del baño y me encuentras desnuda dentro del jacuzzi, molesto, me pides que me apresure, porque mañana debemos levantarnos temprano y ya es hora de dormir. Así que salgo rápidamente, me miro en el espejo, suelto mi cabello y me visto con una hermosa lencería de seda que compré una tienda de los alrededores.

Ligera y temblorosa ingreso a tu cuarto y estando frente a tu cama te miro a los ojos. Debajo de mi ropa se asoman mis formas deseosas a tu tacto; y me miras tú, con esos ojos brillantes y sedientos de mí, que olvidan todo lo que han vivido en el día, al instante de verme así, tan tuya y dispuesta a despertar a ese niño que aún vive en tu interior.

Comenzamos a besarnos y tocarnos como la primera vez, nacen nuevos juegos, reímos y nos escondemos uno en el otro, hasta que la velocidad cambia, hasta que el calor nos abraza y la habitación de hotel se vuelve cálida entre gemidos y caricias, suspiramos nuestros nombres y nuestros cuerpos se entrelazan, dejando dos almas que inundadas de nosotros, se despiertan con el café de la mañana y el hermoso paisaje a través de las cortinas.


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